La aviación burocrática sigue

Hace más de una década que pilotos de planeadores neuquinos “descubrieron” que nuestra cordillera andina era una región inexplorada que tenía un enorme potencial para vuelos de largo aliento. Así, año a año, en las temporadas de verano, concurrían al Aeródromo de Chos Malal para incursionar en la “Cordillera del Viento”, y ante el imponente volcán Lanín.

Informado de esos vuelos cada vez más importantes, el piloto alemán –luego recorman– Klaus Olhmann vino a participar de una de esas temporadas de grandes vuelos, para regresar en la temporada siguiente con un grupo de pilotos europeos que desde entonces, todos los años vuelven con sus magníficas máquinas de última generación.

Fue así que comenzaron a batir todos los récords mundiales que incluso tuvo como protagonistas a nuestros compatriotas que ganaron dos o tres de ellos. La “cosecha” de vuelos fiscalizados por la Federación Aeronáutica Internacional (FAI) despertó el interés de otros pilotos, especialmente del francés Clement que también a lo largo de los años nos visita con pilotos europeos, pero en este caso, para volar desde Bariloche.

El presidente de la Confederación Argentina de Entidades Aerodeportivas (CADEA), Manuel Fentanes, el volvelista argentino decano en actividad, es quien más apoya el desarrollo del vuelo cordillerano porque tiene conciencia de que estos pilotos gastan pequeñas fortunas para traer sus modernos planeadores, se instalan en San Martín de Los Andes o Bariloche con sus familias y se quedan toda la temporada de verano, lo cual beneficia a la región y al país en general, ya que traen divisas que necesita imperiosamente la nación, para después volver a Europa donde dictan conferencias, publican trabajos de carácter científico que contribuyen a la mejor de las imágenes sobre nuestra Cordillera “del fin del mundo” y sobre las bondades de nuestra tierra. Es aquí importante destacar que una buena parte de los actuales récords mundiales realizados por planeadores están acreditados  por la autoridad internacional en nuestra Argentina. Pero, siempre hay un pero, nuestros organismos estatales con su desidia burocrática, constituyen una perfecta y aceitada máquina de impedir que, en este caso, las actividades volovelistas en la Cordillera de los Andes se realicen con normalidad.

Como todos los años los pilotos extranjeros informan a Manuel Fentanes quienes vendrán en la temporada, qué aeronaves traerán y dónde operarán, con esos datos, Fentanes se ocupa de solicitar la liberación de espacios aéreos para los vuelos de largo aliento, de manera que el organismo oficial, la Dirección Nacional de Inspección de Navegación Aérea, a cargo de la doctora Gabriela Logatto, emita un NOTAM mandatorio a todas las autoridades del control aéreo que depende de la Fuerza Aérea Argentina. En esta oportunidad, fue en octubre que envió el pedido de marras, lográndose para noviembre que se aprobara el requerimiento, sin embargo, hasta día en que se trazan estas líneas (9 de diciembre) el NOTAM no ha salido por lo que los controladores no tienen la posibilidad de autorizar los vuelos extraordinarios y esto, a pesar de que sus planeadores cuentan con Ticas, trasponder, equipos radioelétricos, de última generación, etc., todo de acuerdo a las normas internacionales.

El señor Manuel “Lito” Fentanes, es un hombre que se jubiló en 1990, después de 48 años de servicios como Director General de la Red Oficial de Radiodifusión, como tal conoce el país de cabo a rabo y cuenta con una más que suficiente experiencia en materia administrativa y lo que llamaríamos “cintura” para lidiar contra la burocracia. Además, es un conspicuo miembro del Consejo Consultivo que asesora a la ANAC, no obstante lo cual, enfrenta respecto de la situación de la citada temporada de vuelos cordilleranos, la frustración de no poder lograr que un simple NOTAM sea dictado y transmitido.

Como si esto fuera poco, los pilotos extranjeros, cansados de los problemas de la Aduana de Buenos Aires, decidieron intentar traerlos vía Chile, lo cual parecía más sencillo pero, lamentablemente, sólo lograron sumar más trabas ya que la Aduana de Bariloche resultó peor que la de la Ciudad Capital argentina.

La aviación nacional estuvo controlada casi un siglo por la Fuerza Aérea Argentina, desde hace varios años está bajo control de un organismo civil cuyos dirigentes se ufanan de estar haciendo algo positivo, pero la herencia burocrática está intacta o, en algunos casos, es peor; a lo que se suma la falta de medios para apoyar una actividad que, como queda dicho, tiene el enorme valor de contribuir a mejorar la imagen de nuestra Argentina.

Te interesará

Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.

AeroMarket - Noticias Aeronáuticas e Interés General. Copyright © 2018 Todos los Derechos Reservados.
Quiénes Somos       Contacto

Diseño y Desarrollo Web - Emiliano Gioia